Mientras se ponen manos a la obra, es importante que estudiantes y profesores hagan la evaluación de los proyectos STEM (Ciencia, Ingeniería, Tecnología y Matemáticas), para analizar el prototipo y también el proceso de enseñanza. Pero debe ser más que sólo una etapa para cumplir una obligación. Realizar un feedback puede ser una herramienta provechosa para todo el equipo, ayudando a identificar tanto los aprendizajes de los contenidos escolares tradicionales como las habilidades, competencias y actitudes que desarrollaron, a lo largo de la experiencia.
En entrevista a la plataforma Samsung Solve for Tomorrow Latam, el ingeniero industrial Juan Carlos Lara Caicedo ha compartido sus conocimientos, por casi una década, trabajando con proyectos educativos. Es director ejecutivo de Edumedio, agencia aliada técnica de Solve for Tomorrow, en Colombia, dedicada a apoyar marcas y empresas a través de proyectos sociales.
Según Caicedo, el momento del feedback es no sólo para señalar errores, sino reflexionar sobre si realmente los estudiantes están conectándose constantemente con el propósito del proyecto. Por eso, en las sesiones de retroalimentación y acompañamiento, deben discutir juntos por qué hicieron las etapas realizadas y lo que se puede cambiar para volver al propósito inicial.
Recordar lo que motivó el proyecto y por qué quieren hacer una transformación positiva permite que el proyecto continúe siendo relevante, flexible y les posibilita crear ecosistemas de valor más amplios y potentes, de acuerdo con Caicedo. “Mantener vivo ese propósito permite que los estudiantes enfrenten los procesos de iteración con fortaleza y constancia, recordando siempre por qué su trabajo es significativo y relevante para ellos y para su comunidad”, alerta.
Evaluación en todas las etapas del proyecto
En su ruta de proyectos, Samsung Solve for Tomorrow presenta la evaluación como el paso final del proceso, entendiendo, sin embargo, que es importante aplicarla también a lo largo de la iniciativa, ya que es una herramienta importante para lograr los objetivos propuestos en el proyecto y no sólo el desarrollo de la clase como un todo.
Por lo tanto, Caicedo explica que es importante establecer criterios de evaluación entregables y claros desde el inicio del proyecto. Eso ayuda a los estudiantes a enfocarse en aspectos fundamentales y les permite recibir un feedback más preciso que pueden aplicar para realizar ajustes finales y optimizar su proyecto. “Es valioso que el feedback sea muy claro y combine el reconocimiento de los logros alcanzados con áreas de mejora específicas. Una retroalimentación equilibrada ayuda a los estudiantes a sentirse satisfechos con sus avances, mientras identifican detalles que pueden optimizar antes de la presentación final”, añade.
En el proyecto “Kartic Biofiltros”, de Argentina, ganador del programa en 2021, la metodología para la evaluación surgió de las prácticas estudiantiles. El profesor mediador Walter Acosta tuvo la idea de crear rúbricas para monitorear los conocimientos adquiridos a través del aprendizaje por proyectos y las habilidades y actitudes que desarrollan durante el proceso. “Construí marcadores, que vengo usando en las clases regulares y al final del proceso, mis alumnos comenzaron a llenar un cuestionario, identificando lo que aprendieron, cuáles son las facilidades y desafíos de este tipo de propuestas, qué debo mejorar como profesor, etc”, explica, indicando que, para él, ese es el camino para avanzar en la calidad y pertinencia de los procesos educativos para los jóvenes.
Desde lo global a lo local
Para Juan Carlos Caicedo, de Edumedio, es muy importante tener una visión “Glocal”, o sea, pensar en el impacto global del problema y de la solución, pero enfocado en una perspectiva local. “Usar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como marco les ayuda a situar su propuesta en un contexto global y a conectar su trabajo con una visión de impacto mayor”.
Animar a los estudiantes a investigar cómo se han resuelto problemas similares en otras partes del mundo y evaluar el impacto de estas soluciones les permite revisar su proyecto bajo una perspectiva global, integrando ideas y aprendizajes de otros contextos. “EKOfraldas”, por ejemplo, fue resultado de la investigación y experimentación de un equipo de cinco estudiantes brasileños que tuvieron como punto de partida los ODS. La iniciativa fue finalista de Solve for Tomorrow en el país, en 2023, y empezó cuando los jóvenes estudiaron los 17 planes ambiciosos e interconectados propuestos por Naciones Unidas, para acabar con la pobreza, proteger el medio ambiente y el clima, entre otras acciones.
A partir de este tema, conocieron algunas innovaciones en el mercado de pañales biodegradables, pero que no eran asequibles para la mayoría de la población de su comunidad. Teniendo esto en mente, decidieron crear una alternativa más económica, utilizando materiales locales.
No olvides de divertirse
Finalmente, garantiza que el equipo tenga momentos de reflexión y descanso. “Soltar la idea temporalmente y luego retomarla permite a los estudiantes renovar su energía y encontrar nuevas perspectivas. Estos momentos de pausa y autoevaluación los ayudan a ver su progreso y tomar decisiones informadas para continuar el proyecto”, observa Caicedo.
La diversión fue algo que no hizo falta en “Hidrosung“, proyecto de República Dominicana, finalista de 2023. La profesora mediadora Maria Noroibi Muñoz recuerda que en las semanas que pasaron creando el prototipo, hubo concentración y dedicación, pero también, muchos momentos en que disfrutaron, creando buenos recuerdos..