¿Te resulta difícil captar el interés de los estudiantes durante las clases? ¿Sientes que a veces los temas no despiertan el entusiasmo de los jóvenes? Tal vez sea el momento de probar el Aprendizaje Basado en Proyectos, también conocido por su sigla en inglés PBL (Project Based Learning). En este enfoque, el estudiante se encuentra en el centro del proceso pedagógico y tiene la oportunidad de experimentar en la práctica, todo lo que se debate en el aula. Es decir, el método PBL en la escuela permite convertir ideas en realidad y aplicar el conocimiento de forma activa.
La coordinadora pedagógica y consultora educativa Renata Salomone, fundadora y directora de MAPA Metodologías Activas, explica cómo introducir el concepto en la escuela. Junto a su socia Heloize Charret, también coordinadora y consultora pedagógica, está colaborando con Porvir en el desarrollo de una formación gratuita de Solve for Tomorrow Latam que será lanzada próximamente. “El trabajo con PBL favorece el desarrollo de la autonomía y del pensamiento crítico de los estudiantes, ya que deben comprender el contexto desde diferentes perspectivas, observar causas y consecuencias del problema investigado y tomar la iniciativa para proponer posibles soluciones”, argumenta.

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Salomone señala que, al participar en proyectos, los estudiantes son invitados a analizar problemas reales y complejos presentes en su vida cotidiana. De esta manera, logran que los contenidos trasciendan los muros de la escuela y se conviertan en soluciones para problemas concretos de sus comunidades. Partiendo de situaciones reales, el conocimiento escolar se transforma en una herramienta viva de comprensión e intervención en el mundo.
Los contenidos dejan de tratarse de forma fragmentada y descontextualizada y pasan a movilizarse con un propósito, dentro de un proceso de investigación que valora el protagonismo estudiantil.
Así fue como el equipo del proyecto “Máquina Transformadora de Humo Vehicular en Tinta”, desarrollado por estudiantes de educación básica en Colombia, convirtió una anécdota en un ejercicio práctico de STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). La idea surgió cuando un estudiante comentó que el humo de un auto le cubrió la cara como si fuera tinta negra. El docente mediador, Alexander Echeverri, profesor de Física y Química, guió al grupo para idear un mecanismo que realmente transformara ese humo en tinta. Aplicaron conocimientos teóricos y diseñaron un prototipo desde cero con impacto social. Conoce más aquí sobre esa iniciativa, que fue ganadora de Solve for Tomorrow en el país, en 2023.
Salomone destaca que este es el poder del método PBL en la escuela: el conocimiento deja de ser algo para memorizar y se convierte en un recurso intelectual que permiite investigar causas, proponer hipótesis y justificar decisiones con base en evidencias.
Esto permite una mayor profundidad conceptual, ya que los estudiantes comprenden no sólo qué aprender, sino también para qué y cómo aplicar ese conocimiento.

Entienda por qué el método PBL en la escuela fomenta autonomía y creatividad
El PBL promueve un conjunto amplio de habilidades blandas y profesionales fundamentales para la vida en sociedad y el mundo laboral, como la empatía, al exigir que los estudiantes comprendan el punto de vista de otras personas impactadas por el problema. “Aprenden a escuchar, dialogar, respetar opiniones distintas y considerar contextos diversos, lo cual contribuye a una postura más ética y colaborativa”, describe Salomone.
Al trabajar con proyectos en grupo, los estudiantes van más allá de la rutina de exámenes y clases expositivas: aprenden a cooperar, asumir responsabilidades colectivas y gestionar conflictos.
Al vivenciar situaciones en las que tienen que decidir juntos, organizar tareas, ofrecer y recibir feedback, los alumnos desarrollan habilidades esenciales como la negociación, la comunicación asertiva y la gestión del tiempo, habilidades cada vez más valoradas tanto dentro como fuera de la escuela. “De este modo, el PBL no sólo contribuye al aprendizaje de contenidos académicos, sino que también prepara a los jóvenes para actuar de forma activa, colaborativa y consciente en la sociedad y el mercado laboral”, concluye la coordinadora pedagógica.
Además, el método PBL fomenta la autonomía, ya que reta a los alumnos a planificar, investigar, crear y revisar soluciones a problemas reales, estimulando el pensamiento crítico, la creatividad y la autorregulación. Para los profesores, implantar el PBL es una oportunidad de transformar su aula en un entorno dinámico y participativo acorde con las exigencias del siglo XXI, haciendo que el aprendizaje sea más significativo y atractivo.
De esto también se dio cuenta el profesor Erik Vidal, mediador del proyecto “SIFT”, finalista de Solve for Tomorrow en Perú en 2023. El equipo descubrió cómo transformar botellas de PET, como las de gaseosas, en materia prima para ayudar a pacientes con problemas de salud vinculados a traumatismos, enfermedades del sistema nervioso central, como accidentes cerebrovasculares, deficiencias motoras de la mano, los dedos y otros. “La experiencia fue una lección de cómo comportarse profesionalmente, siendo responsable y aceptando tus errores, así como haciendo las correcciones necesarias”, dijo el educador. Más información sobre la innovación aquí.
