La escuela es uno de los espacios más importantes de cualquier comunidad. Siendo puerta de entrada para la socialización de los niños, también tiene el potencial de convertirse en un centro que promueve e inspira buenas prácticas en su entorno. Pero sólo puede cumplir su función social plena cuando establece alianzas, tanto dentro del propio entorno escolar como con universidades, instituciones y empresas.
“Cada escuela es relevante y crucial para el desarrollo del país”, afirma Tatiana Arce, directora de educación de la Fundación Educacional Comeduc, colaboradora institucional del programa Solve for Tomorrow en Chile. “El vínculo con el territorio es clave para la mejora educativa, y de esta manera la escuela y su trabajo generan oportunidades locales. En el barrio, por ejemplo, las escuelas amplían el sentido de comunidad, ofreciendo oportunidades a través del aprendizaje.”
Pero no siempre es fácil conseguir que se abran las puertas entre escuela y comunidad, porque, como explica Arce, la mayoría de los espacios educativos producen conocimiento de forma compartimentada: “Nosotros, por ejemplo, tenemos un currículo en Chile que viene de una tradición fragmentada y disciplinaria. Entonces es importante que seamos capaces de integrar conocimientos. El desarrollo cognitivo no es fraccionado, tiene que ser integral y sistemático.”
Muchas veces la propia comunidad escolar tiene dificultades para ver el potencial de los estudiantes y su capacidad de pensar en proyectos interdisciplinarios. Y ahí entra la maleabilidad de los proyectos STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que pueden ser un recurso fantástico a la hora de establecer cooperaciones dentro y fuera de la escuela.
Los proyectos STEM fomentan las colaboraciones dentro del entorno escolar
Con un carácter naturalmente interdisciplinario, los proyectos STEM reúnen áreas como: exactas, biológicas, lenguajes y además estimulan el desarrollo de habilidades blandas, como la empatía. Todo esto para crear prototipos que nacen de un problema real y causan impacto social. En los proyectos educativos de Comeduc, como relata Arce, hay jornadas de integración de aprendizaje que acercan a profesores de diferentes áreas, como idiomas o matemáticas. Y también a otros profesionales de la escuela, como un asistente educativo o auxiliar de limpieza. De esa forma, es posible analizar un proyecto de forma sistémica y promover un diálogo diverso.
“Cuando hablo de redes internas, pienso en colaboraciones que rompen con estructuras fragmentadas y hacen posible la integración”, explica Arce. “Por ejemplo, nosotros que entregamos una educación técnico-profesional, si tenemos un proyecto de logística, los jóvenes pueden trabajar juntos con otros que estudian programación. Y así, tienen muchos más recursos y contenidos para integrar su prototipo, ampliando las posibilidades de aprendizaje.”
Las redes tejidas dentro de la escuela tienen efectos prometedores en el entramado de relaciones: los profesores necesitan articularse para utilizar y activar espacios como laboratorios y bibliotecas. Los estudiantes con habilidades diversas se unen para resolver problemas, y recurren a diferentes profesores para tratar cuestiones multifacéticas. La propia comunidad escolar se convierte en público objetivo para pruebas, pitches y retroalimentación, con los jóvenes convirtiéndose finalmente en protagonistas de este espacio.
“Los niveles de motivación y autoestima aumentan. Esto nos lleva, por supuesto, a mejores resultados de aprendizaje, pero principalmente al liderazgo, con jóvenes que se convierten en clave para contagiar a otros. La transformación cultural parte de una mirada individualizada y precarizada de uno mismo hacia algo mucho más empoderado, propositivo y seguro. Los jóvenes se convierten en agentes de movilización para una ciudadanía que también entendemos como más comprometida, flexible y recursiva”, añade Arce.
Un buen ejemplo de este tipo de proyecto comprometido es Agro-Detect, ganador del programa Solve for Tomorrow en Chile en 2022. Un grupo de jóvenes estudiantes de un instituto administrado por Comeduc, tuvo la idea de crear un detector de pesticidas seguro a partir de la relación con la comunidad local, predominantemente compuesta por trabajadores del campo. Los conocimientos de diferentes profesores estuvieron involucrados en el prototipo y su prueba.

Asociaciones con educación superior y empresas
La universidad, que a menudo produce un conocimiento cerrado en sí mismo, se convierte en una aliada importante para los proyectos STEM desarrollados dentro de la escuela. Numerosas iniciativas del programa Solve for Tomorrow muestran que la universidad actúa como colaborador, ya sea cuando los expertos ayudan a los estudiantes a resolver problemas o cuando sus espacios se utilizan para pruebas y comentarios.
Un gran modelo de esto es el proyecto Cianobactérias, finalista de Solve for Tomorrow en 2023 en Uruguay. Para crear un filtro de cianobacterias que asolan las playas del país, el grupo presentó el prototipo a la Escuela Técnica de Reparaciones, Construcciones Navales y Anexos de la ciudad, la cual puso a disposición un medidor de pH para detectar las condiciones del agua. Además, la investigación será utilizada por una universidad local para explorar la producción de biocombustibles.
“El sistema educativo debe cumplir la promesa de ofrecer oportunidades con una educación de calidad. Cuando los estudiantes dejan la escuela de Comeduc, tenemos que conectar con las universidades para dar oportunidad de profundizar sus conocimientos en la educación superior. Es un camino continuo de aprendizaje”, relata Arce.
Este camino también incluye una relación directa con las empresas y la industria, espacios de trabajo futuro para estos jóvenes, como concluye la directora de educación. “De nuevo, vuelvo a la idea de evitar la fragmentación de la enseñanza. Cuando los estudiantes trabajan con STEM, tienen un contacto prematuro con las empresas, con el mundo del mercado de trabajo, agregando valor para sí mismos y también para el mercado. La educación es clave para una generación de competencias básicas, que requerimos como sociedad para estar a la altura de la idea de desarrollo, para que finalmente tengamos una masa crítica, que ocupe puestos de trabajo y tenga un alto impacto en la creación de una sociedad mejor.”